Tras haber sido abusada sexualmente durante su infancia, esta mujer se alejó de Dios y se refugió en las drogas, pero luego de hallar restauración en Cristo está ayudando a otros adictos a encontrar libertad por medio de Jesús.
Niki creció como una niña con una fe pura e infantil en Dios, sin embargo, todo cambió drásticamente tras ser abusada por un familiar.
Aquello la llevó a alejarse de Dios y a enojarse en gran manera con él, culpándolo de que le sucediera algo tan terrible.
Como resultado de la violación, Niki empezó a hacerse daño a sí misma por medio de rabietas y cortes. En su etapa de secundaria empezó a «llenar» los espacios vacíos y su dolor bebiendo y saliendo constantemente a fiestas.
Cuando conoció las drogas, se sintió a gusto con estas y se volvió adicta a la heroína. Pero cada vez que se miraba al espejo se sentía disgustada, perdida y desesperada.
Para 2013, Niki tuvo un accidente automovilístico que casi acaba con su vida, pues para ese momento estaba consumiendo heroína.
Mientras estaba en el hospital, llamó al narcotraficante que le suministraba las drogas, pero al no tener como pagar, el individuo le exigió favores sexuales. Aquello le hizo recordar el abuso que sufrió, y aunque esto la devastó, decidió no pedir ayuda a Dios porque seguía molesta.
Después de salir del hospital, Niki se quedó sin hogar, por lo que se sumergió más en las drogas, al poco tiempo perdió la esperanza y fue arrestada.
Estando en una celda de prisión se dejó invadir y envolver por la desesperación, ya que estaba completamente sola y sin nada.
Niki recuerda que se arrodilló dentro de aquellas 4 paredes y después de mucho tiempo, pidió a Dios que la ayudara. De repente, sintió una presencia que alivió su carga.
«Alguien puso esa mano sobre mi hombro y dijo ‘vas a estar bien'», declaró en un vídeo.
Por primera vez en mucho tiempo, volvió a tener fe en Dios y desde entonces no volvió a ser la misma. Actualmente, Niki ayuda a otros adictos a encontrar la libertad en Cristo así como ella logró hacerlo.
bibliatodo.com
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