jueves, 4 de agosto de 2022

«Nos matan como animales», dicen los cristianos de Myanmar pidiendo oración para sobrevivir a la guerra



Los ataques que se han convertido en frecuentes y estratégicos son la principal causante de las muertes dentro del país, especialmente para los cristianos; uno de éstos fue un incendio que devoró la Iglesia Bautista de Thantlang, ubicada en el estado de Chin, el pasado 9 de junio.

Tan solo dos semanas después, el 23 de junio, la iglesia Believers Church, también fue atacada por las fuerzas militares del país, pero se cree que el número de iglesias es mucho más grande.

Dentro del estado de Chin, unas 35 iglesias y 15 edificios afiliados a las congregaciones cristianas también han sido destruidos desde el 1 de febrero de este año, cuando se produjo el estallido de la guerra civil, lo que provocó una rápida extensión de la violencia armada en todo el país desplazando a muchos fuera de la nación y otros miles sin hogar.

La principal creencia de Myanmar es el budismo, por lo que el cristianismo es constantemente atacado además de que en el país se promueve el nacionalismo religioso y como consecuencia, otras creencias son mal vistas, pues aquellos que se conviertan del budismo al cristianismo son vistos como traidores porque las leyes destacan que deben permanecer con sus creencias de nacimiento hasta el día de la muerte.

Quienes se atrevan a hacer pública su fe en el país son perseguidos, muchas familias son asesinadas y la predicación es prohibida, la crueldad a los creyentes se evidencia hasta el negarles el agua.

Testigos que testificaron para Open Doors dicen que para sobrevivir a ese exterminio, muchos huyen del país enfrentando horribles condiciones para vivir como la falta de alimentos además del trauma que les queda.

“Están saqueando los pueblos cristianos y matándonos como animales”, agregó diciendo que él como muchos otros ha huido de su país dejando todo atrás.

El congregarse en el país también es realmente difícil, dijo un socio local de Open Doors llamado Paing, éste moviliza a los creyentes hasta las iglesias, «Hay tres iglesias en las zonas cercanas, dos de ellas tienen impedimento para reunirse y la otra está muy lejos, y eso dificulta las reuniones», explicó.

Por ello, muchos hogares se han convertido en iglesias domésticas ante la discriminación que sufren, “Es triste mirar a su alrededor y ver iglesias quemadas y sus sueños destruidos, mientras que los templos budistas en la misma región permanecen intactos”, contó.

Debido a esta situación, Paing pidió a quienes puedan conocer su testimonio que oren por cada creyente que hoy sufre a causa del extremismo religioso en Myanmar, y que Dios pueda protegerlos mucho más.

“Oremos por la seguridad de los creyentes en la región de Sagaing y el estado de Chin”, dijo enfatizando que enfrentan los más duros desafíos, y que a pesar de eso la iglesia no deja de crecer.

“Han comenzado a llegar nuevos conversos y vamos en aumento. Alabado sea Dios porque Él realmente está obrando en todas las cosas para el bien de los que lo aman”, finalizó.

Fuente: Portas Abertas.