Tras la muerte de los 5 tripulantes que iban a bordo del Titán el pasado domingo y que implosionó durante su búsqueda, se conoció que un padre y un hijo se salvaron de haber fallecido trágicamente en el viaje de no ser por haber rechazado la “histórica oportunidad”.
Jay Bloom, un inversor de renombre en Las Vegas, expresó cómo tomó la difícil decisión de no unirse a su hijo de 20 años, Sean, en el submarino Titán, para visitar los restos del Titanic.
A pesar de los deseos de su hijo, el empresario se sintió incapaz de asumir los riesgos asociados con la inmersión y prefirió ser espectador desde la superficie.
La tragedia del Titanic fue suficiente para convencer a Bloom de que la vida es demasiado preciosa para arriesgarla en un viaje en el que el peligro supera el placer.
El propietario de OceanGate y ahora fallecido, Stockton Rush, trató de persuadir al magnate en múltiples ocasiones para que adquiriera dos asientos en el submarino, uno para él y otro para su hijo, según declaraciones del mismo magnate.
Bloom expresó su curiosidad y su hijo estaba muy interesado en visitar los restos del barco más popular de la historia. Sin embargo, al ampliar su conocimiento sobre el Titán, Jay empezó a inquietarse cada vez más por la seguridad.
A pesar de haber aceptado inicialmente, al final tomó la decisión de rechazar la invitación y no abordar el submarino. En su ausencia, los Shahzada Dawood y su hijo Suleman viajaron en su lugar, derivando en una trágica historia para la familia de magnate pakistaní.
“Cada vez que veo una foto de ese hombre de negocios pakistaní y su hijo de 19 años, pienso cuán fácilmente podríamos haber sido yo y mi hijo de 20 años, pero por la gracia de Dios”, dijo Bloom.
El inversor afirmó que Rush hizo varios intentos por persuadirlo, asegurando que el submarino era seguro, incluso más que el viajar en helicóptero o practicar buceo.
Cuando Boom se enteró de que el Titán no podía ser abierto desde el interior en situaciones de emergencia y que su control se parecía al de un videojuego, cambió de opinión sobre su seguridad y lo consideró menos fiable de lo que se le había dicho previamente.
“Cuanto más sabía sobre lo que estaba pasando con la operación de Stockton, más me preocupaba”, reveló.
El sumergible Titán se sumergió con cinco millonarios para ver los restos del Titanic, pero perdió comunicación con el exterior después de una hora y 45 minutos. Fue encontrada cuatro días después por la marina de Estados Unidos, quienes confirmaron que el sumergible implosionó, dejando a sus cinco tripulantes sin posibilidad de sobrevivir.
La gracia y la misericordia de Dios es tan grande que aun por encima de nuestros propios deseos, su poder se manifiesta para que su plan perfecto y agradable en nuestras vidas sea cumplido, alejándonos del peligro y de todo aquello que podría destruirnos, aun cuando no entendemos la forma de obrar del Señor. La gloria siempre será para Él.