En esta oportunidad una noticia que (por sus características) suele ser generalmente alarmante y de pesar, afortunadamente no ha sido así (al menos) en esta ocasión. El caso es que recientemente un avión 737 se salió de la pista (la cual resultó ser muy pequeña) y terminó cayendo en las aguas de un rio contiguo a dicha pista. Lo extraordinario de esta noticia es que ninguno de la tripulación y tampoco el capitán de la nave resultaron heridos, lo cual califican como “La Ayuda de Dios convertida en Milagro”.
Las investigaciones preliminares detectaron que la causa del accidente fue un sistema de aterrizaje inoperante en el Boeing 737, ya que hubo fallas en el inversor de empuje que ayuda al avión a desacelerar después de aterrizar. El avión había estado en mantenimiento y el registro de servicio señaló que el inversor de empuje izquierdo no funcionaba, dijo Bruce Landsberg, (vicepresidente de
la Junta Nacional de Seguridad del Transporte de EE. UU).
Las experticias adicionalmente arrojaron que los pilotos pidieron un cambio de pista antes de aterrizar, y en la que lograron colocarse era más pequeña de lo habitual por lo cual sucedió este incidente.
Las autoridades han declarado que a pesar de lo fuerte que estaba el temporal ese día, es un milagro que nadie haya salido y que todos hayan salido con éxito de las alas del Boeing 737, el único pasajero que fue hospitalizado fue un bebé pequeño del cual se sabe que está en buenas condiciones.
«Creo que es un milagro. Podríamos estar hablando de una historia diferente esta noche», dijo el capitán Michael Connor, el oficial al mando de la base.
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