Una imagen que le está dando la vuelta al mundo ilustra la dureza de la crisis migratoria: un hombre y su hija ahogados en el río Bravo. Óscar Alberto Martínez Ramírez, de 25 años, y su hija Angie Valeria Martínez Ávalos, de 23 meses, venían de El Salvador y trataban de llegar a Estados Unidos.
Rosa María Ramírez recuerda con dolor cómo fue la despedida de su hijo cuando emprendió el mismo camino que recorren miles de migrantes centroamericanos en busca del «sueño americano«.
«Yo lloré bastante cuando nos despedimos. Yo sentía en mi corazón que era la última vez que lo abrazaba. Le dije que lo amaba mucho, que se cuidara. Igual, él me dijo que me amaba y que, primero Dios, él iba a pasar y que él quería ayudarnos a nosotros también, a la familia«, le dijo Ramírez a la BBC.
«Bien portado” y “poco malcriado”. Así recuerda Rosa a su hijo, sobre quien asegura que nunca se metió en líos con las pandillas que tienen gran presencia en el lugar. El día que le contó que iba a ser padre pensó que se trataba de una broma, recuerda. “Me decía ‘vas a ser abuela’ riéndose”.
Una vez nació la niña, cuenta, Óscar dejó incluso de jugar al fútbol con sus amigos para poder cuidarla. “En sus tiempos libres se dedicaba a cuidar a su bebé, era bien cariñoso”, apunta. “Siempre lo voy a recordar como un buen hijo y un buen padre”.
Fuente: bibliatodo.com
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