William Levi tenía 18 años cuando musulmanes radicales le confrontaron sobre su fe. “Me pidieron negar mi Cristianismo y ser musulmán, tomar las armas y destruir aldeas pero dije: ¡No! Mahoma no murió por mí, ¡Jesús sí!”, dice William, quien fue a prisión y fue torturado pero nunca perdió la esperanza, “porque Dios estaba conmigo”. Levi dejó su hogar en 1985, para encontrar asilo y una nueva vida en Estados Unidos.
Entre la educación de sus hijos y su crianza, esta familia dirige la “Operación Nehemías”, un grupo cristiano que ayuda a Sudán del Sur a reconstruirse después de la guerra. Lo primero que hicieron al llegar a Sudán, fue iniciar una iglesia. Pero no había un alma en al menos unas 5 o 10 millas del lugar. Pero, ahora, más de diez mil personas se han mudado a la comunidad y muchos escuchan el evangelio por primera vez.
El hermano mayor de los Levi es el pastor. “Antes de establecer la congregación había mucho odio y pleitos entre tribus étnicas. Las personas no conocían a Dios o la importancia de perdonarse unos a otros”, expresa el pastor. La meta de Levi es reconstruir a Sudán del Sur, pero necesitan que otros que huyeron de la guerra, como él lo hizo, regresen a ayudar. Este es el caso de Timothy y su familia que respondieron al llamado.
Después de años en el exilio, regresaron. “La libertad que tienen los ciudadanos de la República de Sudán del Sur es del mundo y ahora, necesitamos una libertad espiritual, una libertad que viene de Cristo”, precisa Timothy, quien junto a Operación Nehemías brindan trabajo y agua a los más necesitados.
Fuente: cbn/ impactoevangelistico.net/ agapeenlaradionoticias
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