Cerca de tres millones de puertorriqueños no cuenta con energía eléctrica, es decir, más del 80 % de los habitantes de la isla y cerca de un millón de ciudadanos no cuenta con agua potable.
¡Si no tomo agua me voy a morir! ¡Paso días sin comer! ¡Me he quedado con la ropa que estoy puesta y aun así, sigo luchando! Fueron algunas frases que se escucharon en las calles de Puerto Rico esperando que sus voces se escuchen y llegue la ayuda solidaria que tanto necesitan.
Muchos puertorriqueños izaron las banderas de Estados Unidos en los escombros de los tejados de sus casas, mostrando que son un pueblo que vive el peor momento de su historia, más intenso que el de huracán Katrina, que hace años azotó el país.
“Despierto cada día y la situación es la misma. El agua está por toda mi casa, ya no sé qué hacer.”, relató un vecino de la comunidad de Sostre. La ayuda llegó de una manera mínima y el proceso de reconstrucción va lentamente. Los esfuerzos de las ONG hacen su mayor esfuerzo por suplir las necesidades de los niños, madres y adultos mayores.
“Ha pasado cerca de un mes luego del huracán y la realidad sigue siendo la misma al día después del fenómeno natural.”, detalla la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias. El gobierno estadounidense a cargo de la isla puertorriqueña mostró un interés, que se espera en el transcurso de los meses, sea más fuerte.
Fuente: impactoevangelistico.net
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