El estado de Chiapas no es precisamente una zona libre de problemas. Sus habitantes saben lo bien lo difícil que es vivir o sobrevivir en un ambiente en el que la pobreza está muy presente cada día. “Uno de cada cinco chiapanecos carece de servicios de salud; 8 de cada 10 no están cubiertos por la seguridad social; más de la mitad no tienen servicios básicos en la vivienda”, aseguran los estudios.
Esas circunstancias han atraído a Cintalapa, desde la ONU hasta las organizaciones abortistas internacionales para condicionar ayudas a un supuesto desarrollo como extensión de políticas abortistas. Estos organismos internacionales chantajean a estos pueblos, con darles pan a cambio de esterilidad, mientras presumen de cooperación al desarrollo. Dicen ayudarles, pero al parecer creen que cuanto menos se reproduzcan los pobres, será mejor.
Sin embargo, el pasado fin de semana algunas familias de Cintalapa decidieron que merecía la pena sumarse a la Marcha por la Vida convocada por Derecho a Vivir. Su compromiso con la defensa de la vida de los más indefensos es mucho más fuerte que sus limitadas circunstancias de bienestar. Imprimieron sus pancartas, llenos de fe y esperanza, con los logos y los lemas de Derecho a Vivir y recorrieron las calles de su ciudad reclamando sus derechos.
Fuente: actuall/ impactoevangelistico.net/ agapeenlaradionoticias
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