La estrategia de los grupos terroristas de Hamás y Yihad Islámica ha surtido efecto. Su tradicional queja sobre los asentamientos del margen occidental o las nuevas edificaciones en Jerusalén por parte de Israel ha conseguido eco en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que este mes preside España. Precisamente, España ha votado a favor de la condena a estos asentamientos israelíes, con la abstención de EEUU.
Que EEUU se haya puesto de perfil con su abstención ha sido clave para que Hamás y Yihad Islámica se salieran con la suya y la ONU condenase los asentamientos en su resolución, lo que ha provocado un choque entre Israel y Washington durante los últimos días del mandato de Barack Obama.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha condenado con dureza la resolución del Consejo, que exige el final de los asentamientos como gran estrategia para garantizar la viabilidad de la solución de dos estados, así como la decisión norteamericana de permitir que esta fuese aprobada.
“Israel rechaza esta resolución en la ONU vergonzosa y anti-israelí y no va a cumplir sus términos”, dijo el primer ministro en un comunicado, en el que acusa directamente a “la administración Obama” no solo de “fracasar en proteger a Israel contra esta conspiración en la ONU”, sino también de “confabular entre bastidores” para sacarla adelante.
Para remachar, Netanyahu añade que Israel “está deseando trabajar con el presidente electo (Donald) Trump” y con el Congreso para “anular los perniciosos efectos de esta absurda resolución”.
El jefe del gobierno israelí puso el dedo en la llaga y acusó al Consejo de Seguridad de “atacar vergonzosamente a la única verdadera democracia de Oriente Medio, Israel” al tiempo que “no hace nada para frenar la matanza de medio millón de personas en Siria”.
El ministro de Energía israelí, Yuval Steinitz, aseguró que su país se siente “abandonado” por la abstención de Washington: “Estados Unidos ha abandonado a Israel, su único aliado en Oriente Medio”, declaró. Por su parte, el diputado Yoav Kish, del gobernante Likud, consideró que Obama “ha traicionado” a Israel y “llevado a cabo un truco obsceno en la ONU”.
La excusa de los asentamientos
Poner el foco en los asentamientos ha sido la táctica de los palestinos desde los Acuerdos de Oslo para justificar su estrategia de evitar la paz. Israel y buena parte de los defensores de las democracias occidentales, ya consideraban vergonzoso que gobiernos como EEUU, la ONU o medios tan importantes como New York, Times, se hicieran eco de estas consignas, ayudando a las autoridades palestinas a evitar las negociaciones alejando cualquier posibilidad de paz.
La Autoridad Palestina nunca ha demostrado tener voluntad alguna de retomar las conversaciones de paz con Israel ya que nunca se ha demostrado dispuesta a reconocer la legitimidad del Estado de Israel. En cambio, la abrumadora mayoría de los israelíes ha estado siempre dispuesta a aceptar los dos Estados, siempre y cuando tuviese la seguridad de que eso no significaba más guerra o más terrorismo. Mientras Palestina siga considerando Tel Aviv “tierra robada” y hablen de “asentamientos pirata”, la paz es imposible.
Y es que el derecho de Israel al territorio cuenta con una sólida base jurídica a partir del Mandato de Palestina de la Sociedad de Naciones, que reservó el país como patria de los judíos. Los palestinos que viven allí tienen sus propios argumentos para querer que sea parte de su Estado pretendido. Esta es una disputa que se puede resolver con voluntad, algo que los israelíes han demostrado constantemente que están dispuestos a ofrecer, y que constantemente han rechazado los palestinos.
Israel ya mostró su preocupación por la posición norteamericana cuando el Departamento de Estado condenó el visto bueno de Israel a la construcción de 486 viviendas en Jerusalén y otros territorios del margen occidental.
Hasta la fecha, la principal razón por la que los asentamientos no impiden la paz es que los palestinos ya han rechazado repetidamente las ofertas que les habrían dado un Estado y soberanía sobre casi toda la margen occidental. Los asentamientos ya existían antes de que se hicieran esas ofertas de paz, y que sigan existiendo no impediría que el pueblo israelí aceptara un compromiso basado en el deseo genuino de poner fin permanente al conflicto si los palestinos demostrasen estar preparados para aceptarlas y renunciar a esa parte de su identidad que es la guerra secular contra el sionismo.
“Abandono” del “más importante aliado”
El viceministro Michael Oren, del partido Kulanu y exembajador de Israel en Washington, calificó la votación de “un evento triste” y declaró: “Nuestro más importante aliado ha abandonado su política desde 1967 sobre la necesidad de negociaciones cara a cara para resolver el conflicto, una política reiterada en 2011, cuando dijo que la ONU no es el lugar para resolverlo”.
“Es una resolución peligrosa porque nadie en el mundo confía en una potencia que no está junto a sus aliados”, advirtió. Se trata de la primera vez en una década que EEUU deja pasar una resolución de condena a Israel sin utilizar su derecho a veto, en una ruptura de su posición habitual de que la cuestión de los asentamientos debe solucionarse a través de negociaciones de paz. Además, este cambio de postura se llevó a cabo en contra de la petición de Trump, que solicitó a Obama que vetase la propuesta.
Tras su aprobación, el presidente electo publicó en su cuenta de Twitter: “Sobre la ONU, las cosas serán diferentes después del 20 de enero”.
Los palestinos, por su parte, celebraron el gesto de la ONU, que el presidente Mahmud Abás calificó de “fuerte bofetada” a Israel. “La resolución del Consejo de Seguridad es una bofetada a la política israelí. Es una condena internacional absoluta, unánime, de los asentamientos y un voto de apoyo a la solución de dos estados”, dijo Abás.
Fuente: Libertad Digital / noticiacristiana.com