El patriarca de la familia, Fernando H., se convirtió a Cristo en 2008, y pronto las autoridades locales comenzaron a idear planes para presionar a su familia y los obligaran a abandonar su pueblo natal cerca de Las Margaritas. Sin embargo, el jefe de familia se ha negado a renunciar a su fe en Cristo, dando lugar a ocho años de amenazas de muerte, el encarcelamiento y 32.000 pesos en multas a los miembros de su familia.
"Nunca vamos a dejar la Palabra de Dios, porque sabemos que tenemos un Dios vivo", dijo Fernando. "Vamos a seguir luchando". Después de haber dejado sus tierras de cultivo, se trasladó a Las Margaritas y viven en una pequeña casa alquilada.
Fuentes afirman que su situación económica es tan precaria que apenas pueden encontrar comida para todos. Uno de los niños padece malnutrición grave y parece de 2 meses en lugar de 2 años de edad.
Varios miembros de la familia también tienen serios problemas de salud, pero no hay recursos para ir a un médico. En mayo las autoridades locales detuvieron a su hijo de 22 años, más tarde encarcelaron a otros dos de 18 y 14 años de edad, finalmente, también pusieron en prisión a su esposa y a su hijo menor. Las autoridades exigían que participara en rituales costumbristas, pagara sus multas y negaran su fe.
El padre buscó préstamos por todas partes, pero no fue capaz de conseguir el dinero. Sin embargo, Fernando afirma que ellos han visto milagros. "Los funcionarios vertieron 20 litros de gasolina alrededor de la cárcel. Utilizaron una caja de cerillas intentando quemarlos vivos sin éxito". Dios los ha guardado y ahora los miembros de su familia han sido puestos en libertad. México ocupa el lugar 40 en lista de los 50 países donde es más difícil ser cristiano.
Fuente: noticieromilamex / impactoevangelistico.net