Los misioneros fueron llevados a una comisaría donde les interrogaron durante horas, fueron separados y cuestionados de forma independiente, todos sus artículos personales y no se les permitió ponerse en contacto con la embajada. Luego del ajetreo fueron trasladados a una prisión con la población general y los mantuvieron durante tres días. Finalmente les pusieron en libertad y fueron obligados a abandonar el país.
Es bueno ser conscientes de cómo viven para recordar orar por la Iglesia que es perseguida, debemos también entenderles. Dios nos consuela en nuestro dolor para que podamos consolar a otros con la misma comodidad que hemos recibido de Dios
Es nuestra oración que Dios va a usar para traer una mayor libertad para los cristianos en Laos, para la gloria de Cristo y para la oportunidad de adorar libremente, y la oportunidad para que puedan compartir las Buenas Nuevas del Evangelio con los que les rodean.
Fuente: persecution.org, agapeenlaradionoticias, impactoevangelistico.net
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