miércoles, 3 de mayo de 2017

Haribo (jefe de una tribu hostil) murió y resucitó brevemente y dijo: "Vi a Jesucristo vestido de ropas blancas y resplandecientes"






Islas Salomón -  El pueblo Kwaio, al interior de la isla Malaita ( Una tribu alejada de la civilización, ubicada en una zona remota de las Islas Salomón), es reconocido por su alta agresividad. Durante años, exterminaron a todo extranjero que osara asomarse a sus tierras. Por lo tanto, entrar a predicar el Evangelio era una tarea altamente complicada pero no imposible para Dios, quien envió un grupo de misioneros de Fiji para salvar las almas de esa tribu.

Hace 18 años, los misioneros llegaron a esa isla decididos firmemente a predicar el Evangelio. Ellos habían previamente ayunado y orado por espacio de 7 días. Caminaron durante todo el día recorriendo la isla hasta que llegaron a un pueblo donde se habían reunido muchos nativos.  Haribo (el jefe de la tribu) estaba muriendo. 

Al principio era claramente manifiesta una hostilidad hacia los cristianos, pero  Dios estaba dirigiendo los acontecimientos. Al enterarse los misioneros de la gravedad del jefe de la tribu, ellos le dijeron a los ancianos que "hay un Dios verdadero que podía curar a su Jefe Haribo". Al escuchar estas palabras, los ancianos consintieron en que estos entraran a ver a su Jefe.

Jack (uno de los misioneros)se acercó y habló directamente con Haribo, quien le dijo entusiasmado, a pesar de su condición: “He esperado toda mi vida para escuchar esta historia. Siempre sentí que había algún mensaje sagrado de este tipo, pero nadie vino a traer estas palabras. ¿Cómo puedo recibir este Jesús en mi vida?”.
Los misioneros oraron con él, pero dos horas más tarde, el jefe murió. La tribu preparó el cuerpo del jefe para el entierro mientras los misioneros regresaron a la base. Sin embargo, cuando el sol nacía, Haribo despertó. Toda la aldea estaba alborotada y el jefe ordenó que los misioneros volvieran a la tribu.
Cuando estos llegaron, Haribo contó (visiblemente conmovido), que al morir se encontró con un ser vestido de blanco que le llevó al lugar más hermoso que nunca antes había visto. Una persona llamada Jesucristo, el Hijo de Dios, del que los misioneros les hablaron, estaba siendo adorado por una gran multitud de personas. Un ser glorioso le explicó: "Este hermoso lugar es donde las personas que creyeron en Jesús vivirán por la eternidad". Así que lo que los misioneros nos han dicho es todo verdad. Haribo se mantuvo con vida hasta la mañana siguiente.
Luego del testimonio de Haribo, los misioneros empezaron compartir el Evangelio con todos los que estaban presentes. Y todos recibieron a Jesús como su Señor y Salvador. Las Buenas Noticias de Salvación se propagaron por todas las aldeas y centenares de personas conocieron a Cristo. Hoy en día existen 11 pueblos cristianos en aquella isla.




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