El trastorno del espectro autista, o simplemente “autismo”, como es popularmente llamado, es una de las condiciones de salud mental más delicadas de tratar, esto es porque tal condición implica la capacidad del individuo de relacionarse socialmente y expresar sus emociones, necesidades vitales para todos los seres humanos.
A pesar de eso, dependiendo del tipo de autismo y su nivel, una vez que son varios, es posible obtener una calidad de vida muy buena cuando hay acompañamiento psicoterapéutico, siendo la historia de Alex Lowery, hoy con 25 años, un ejemplo perfecto de ello.
Alex sólo descubrió a través de sus padres que es autista a los 11 años, durante una crisis de asma. Durante toda su infancia, sin embargo, se enfrentó a los síntomas con la ayuda de sus padres, que son cristianos.
Dijo: “Incluso algo simple como ir a una tienda era una experiencia realmente espeluznante debido a la música tocada en las tiendas, y hasta el bullicio de las personas. Los muñecos en las tiendas eran espeluznantes. Las luces eran espeluznantes. El mundo era un lugar realmente aterrador “.
Alex llego a asistir a una escuela especial para autistas entre los cinco y siete años, y recuerda que sus compañeros también le daban miedo, por las diferentes reacciones. “Algunos ni siquiera podían hablar. Otros tenían tendencia a perseguir, arañar y morder a los demás. Y yo le temía a muchos de ellos “, cuenta.
Su Superación fue a través de la fe en Dios, por mucho tiempo Alex Lowery tuvo dificultad para entender la realidad del mundo espiritual debido al extremo raciocinio lógico basado en lo visual; Él sólo creía en lo que podía ver, de modo que la enseñanza sobre cuestiones subjetivas y trascendentes eran difíciles de entender.
“Por un tiempo ni siquiera creía que había otros países o que el mundo era redondo, simplemente porque yo no veía esas cosas, no había evidencia de ellas. Yo sólo podía creer en cosas que estaban delante de mis ojos”, dijo el joven.
El recuerda: Cuando sus padres lo llevaban a la iglesia, todo lo que quería era que el culto terminara lo más rápido posible. “Prefería quedarme en casa y ver dibujos. En la iglesia, yo solía pensar: “Cállate la boca, pastor. Quédese quieto”. Porque yo realmente quería que el culto terminara “
La mente de Alex se abrió al entendimiento del Evangelio cuando tuvo contacto visual con la película “Las crónicas de Narnia – El León, la hechicera y el armario”, de CS Lewis. La historia es una analogía de la obra salvadora de Cristo, que es representado por el león Aslan, mientras que Edmund representa a la humanidad.
“Aquello era algo visual, entonces porque yo había visto y entendido, mis ojos se abrieron al evangelio”, dijo Alex. “No creo que estaría donde estoy sin la ayuda y el apoyo de Dios, que vinieron de la fe y de todas mis oraciones. Comprender el evangelio abrió mis ojos para otras cosas que yo no podía ver también, como el hecho mismo de que el mundo sea redondo”.
Actualmente la vida de Alex inspira a otras familias, especialmente de autistas. “Él da charlas contando su historia y escribió un libro, disponible sólo en inglés, llamado” Club de Pensamiento: Una película de mi vida como una persona con autismo “.
Fuente: bibliatodo.com
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