Benjamin y Lyndsey son una pareja que planificaron su embarazo porque querían formar una familia y había llegado el momento en el cual se sentían preparados para esto.
Los primeros meses del embarazo transcurrieron con total normalidad. Tanto Lyndsey como Benjamin se sentían muy felices y afortunados de tener esta oportunidad.
Sin embargo, a los cinco meses de embarazo todo cambió. Lyndsey comenzó a sentir fuertes dolores en la parte baja de su abdomen y fue trasladada a un hospital.
Cuando finalmente salieron los doctores a hablar con el esposo, le dijeron que debían realizarle a Lyndsey una cesárea de emergencia. Además, le informaron que las probabilidades que el bebé se salvara eran realmente mínimas.
Cada una de las palabras que pronunciaban los doctores, Benjamin las sentía como si se tratasen de puñaladas en su corazón. Pero no dejó que éstas le arrebataran su fe.
Pocas horas después, nació el primogénito de esta pareja. En un principio, los médicos lo dieron por muerto, pero unos instantes después se escuchó un leve llanto que alertó y regocijó a todos.
El pequeño bebé tan solo pesaba 500 gramos y tuvo que permanecer en una incubadora por 107 días.
Pero este bebé luchó por su vida y actualmente tiene 5 años. Sus orgullosos padres, han querido inspirar a otros padres que puedan estar pasando por lo mismo, compartiendo fotografías que demuestran su crecimiento.
El milagro de la vida es sencillamente asombroso, por eso es tan importante que nunca perdamos la fe ante los momentos de adversidad.
No hay comentarios :
Publicar un comentario