Once iglesias cristianas fueron quemadas a finales del 2015 por una turba, que formaba parte de las autoridades policiales, de acuerdo con World Watch Monitor.
Los miembros de las iglesias quemadas, temen que las autoridades no den el permiso para la construcción. Ahora deben esperar más de un año porque siempre ponen excusas para no atenderlos.
Estas acciones forman parte de una campaña promovida por musulmanes radicales con el fin de destruir todas las iglesias cristianas. Desde que la provincia de Aceh se volvió casi autónoma, la ley de la sharia se volvió inviable ante cualquier expresión religiosa que no sea islámica.
A pesar de las amenazas contra su vida, el clima político duras y las lluvias tropicales que hacen que sea más difícil para ellos para celebrar reuniones, los cristianos en la provincia de Aceh siguen practicando su fe y la adoración a Dios.
Los cristianos decidieron reunirse al aire libre. “Estoy triste por tener que adorar en tiendas de campaña en medio de una plantación de aceite de palma pero, continuamos animados”, manifestó un cristiano bajo el anonimato.
Fuente: Christian Today
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